Constelación

10514541_728584720563685_4783132908316770395_nInspiradas en el rol que las mujeres tienen en la sociedad y dentro de sus familias, las artistas Carolina García-Huidobro y Matilde Huidobro inauguran este 16 de octubre en la galería QUQU su exposición Constelación, con más de veinte obras realizadas completamente en conjunto, a partir de la fusión de ideas, reciclaje de materiales y técnicas mixtas, principalmente, grabado y pintura.

Basadas en el antiguo juego que realizaban los surrealistas, Cadáver Exquisito, en el que distintas personas escribían o dibujaban una composición en secuencia y creaban así una obra conjunta, las artistas visuales Matilde Huidobro (47) y Carolina García-Huidobro (40) realizaron las más de 20 piezas que componen su exposición, que estará abierta hasta el 15 de noviembre en la Galería QUQU.

Como en una constelación, nombre que eligieron para la exposición, las creadoras agrupan en esta muestra visiones, símbolos y representaciones personales que se complementan y superponen.

Ya habían expuesto juntas hace dos años en la exposición Pender de un hilo, pero cada una mostrando sus propios trabajos, que se caracterizan, en el caso de Carolina, por ser grabados fuertemente inspirados en el arte precolombino y en las culturas antiguas, y en el de Matilde, por esculturas y objetos tridimensionales, además de pinturas y técnicas mixtas sobre el papel.

Para hacer esta muestra, en la que están trabajando desde comienzos de año, se fueron turnando para intervenir la pieza: Carolina comenzaba el proceso haciendo un grabado que imprimía con diferentes composiciones. Luego seguía Matilde, pintando la tela o el papel con sus personajes, entre mujeres, animales y corazones. Ambas utilizaron principalmente material reciclado para sus creaciones. Carolina usó envases de tetrapack para las matrices de sus grabados y Matilde, además de acrílicos, trabajó con filtros de papel para preparar café, los que bordaba o pegaba, y con bolsas de té y el humus que producen los gusanos a partir de residuos. “Es un ejercicio creativo entre dos personas que trabajamos de manera totalmente diferente pero que llegamos a un punto de acuerdo”, explica Matilde.

Las artistas recrearon en esta exhibición un universo compartido en el que complementan sus propios oficios. En este mundo, el grabado y la pintura se ensamblan para dar forma a temas que aluden casi siempre a las mujeres y a su rol de contención y protección dentro de la familia y de la sociedad. Sus obras son una “suerte de altares”, dice Carolina, confiriendo a las piezas un sentido ritual, donde sacan dolores y culpas a través de la plástica.

Tal como alguna vez dijo el crítico de arte suizo Nicolas Calas, un cadáver exquisito tiene la facultad de revelar la realidad inconsciente del grupo que lo ha creado.