Crítica función «Flamenco Hoy» en Teatro Municipal de las Condes

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Los santiaguinos nos enfrentamos a una cartelera cultural cada vez más rica y diversa, con espectáculos que nos hacen vibrar de la emoción. Una extensa gama de conciertos, obras de teatro, ferias y festivales nacionales e internacionales de lujo. Compramos la entrada como una joyita y esperamos religiosamente el día y la hora del evento. Lamentablemente el presupuesto es poco y hay que optar. Por eso elegir es un riesgo y muchas veces no damos con lo que esperábamos.

El pasado 1 de julio asistí a “Flamenco Hoy” de Carlos Saura, espectáculo que el Teatro Municipal de Las Condes anunció meses antes con bombos y platillos como una producción original del maestro. Algunos meses atrás había ido a ver el documental Flamenco Flamenco, también de Saura, al Cine Arte Alameda y había quedado alucinando. Los bailes potentes, la música y una perfecta combinación del vestuario, las luces y reflejos lograban una experiencia mágica.

Con tal expectativa compré la entrada para “Flamenco Hoy” –espectáculo que prometía aun más por ser en vivo – y me senté ansiosa en mi butaca a esperar que comenzara la función. Pero la realidad se mostró contraria a mis expectativas. Ya de partida la escenografía la encontré poco elaborada. Al fondo del escenario instalaron unos telones en donde se proyectaban imágenes que cambiaban con cada baile. En mi opinión estas generaban demasiado quiebre y recorte en la escena y no fueron utilizados con ningún fin más que los contraluces que hubieron al principio.

Imágenes del Documental Flamenco Flamenco de Carlos Saura

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Los espejos eran muy pequeños e interrumpían el encuadre y la composición de los cuerpos. La idea era buena y recordó el documental Flamenco Flamenco, pero aquí se vio pobre y mal logrado. En el escenario había también un piano. Como detalle me pareció bien, aunque interrumpió en algunas coreografías.

Por otra parte, los bailes eran demasiado exagerados: el tango no parecía provenir del flamenco y, bailado junto al piano, parecía uno de esos pequeños shows que se hacen en restoranes para crear atmósfera.

Hubo mucho, pero mucho cante, lo que aburre, hace perder el interés e interrumpe la emoción entre una escena y la otra. Por último, no puedo creer que no cerraran el espectáculo con una bulería, sobre todo porque este tipo de baile produce en el público una energía motivadora al final del espectáculo.

Los vestuarios en general no me gustaron, quizás salvan pequeños detalles como el mantón verde floreado y las faldas largas, pero el resto era pobre, mal combinado y no aportaban a la estética general.

Hay escenas rescatables: la función comienza con mucha energía con una  sevillana muy alegre, con buen desplante y movimientos. Sin embargo, los telones cortaban la imagen general. Si hubieran estado los bailadores iluminados con un fondo en negro, la fuerza de la escena hubiera sido increíble.

Me fascinó la parte del ensayo de clases: los bailaores entraron con sus ropas interiores y miriñaques. Se mostró el alma del bailaor que hay tras bambalinas: cómo trabajan, cómo es el ambiente antes de salir al escenario y cómo al bailar se convierten en personajes que sacan la pasión desde lo más interno, alentados por la música, vestuario, luces, palmas, cantes y cajones que transportan a otros mundos.

Más Imágenes del Documental Flamenco Flamenco de Carlos Saura

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Me gustó también el taconeo de los dos rivales, donde de fondo el resto alentaba con las palmas. Si bien el vestuario no aportaba mucho, en la escena donde bailaron con el abanicos se lucieron a la perfección. Amé ese baile. Aquí se mezclaba la sutileza y femineidad con esa actitud aflamencada que es bien dura. El traje era como sacado del baúl de la abuela: unos vestidos con términos en bombachos antiguos, llevados al estilo flamenco. El abanico, la iluminación y el reflejo en el espejo aquí si funcionaron bien, porque interactuaban y se creaban imágenes armónicas.

Por otra parte, el baile de faldas con cola era muy interesante, aunque en general el poco desplante en el escenario hizo que se perdiera la ocasión de lucir las faldas. Aquí, nuevamente, el piano desencajaba.

La iluminación tampoco no aportó mucho. Rescato las proyecciones de la luna y las estrellas, que aunque no les entendí el sentido, se veían bien y eran entretenidas. Por otra parte, la escena con las siluetas a contraluz reflejada en los telones de fondo me trasportó un poco más al estilo clásico de Saura, solo que tampoco me emocionó, ni sorprendió. Los elementos estaban extremadamente cortados y no se unían con lo que pasaba en escena, cada uno estaba funcionando por sí solo.

La sensación general: un espectáculo con poca energía, pensando que el flamenco es un baile que te hace vibrar hasta el último pelo con bailes apasionados, taconeos potentes y movimientos cargados de pasión. Me desilusionó mucho invertir plata pensando en ver un gran espectáculo producido por Saura tal como anunciaron en la publicidad de calles, comerciales televisivos y anuncios en los diarios, pero la verdad dudo mucho que esto sea cierto y creo que solo sacaron ideas de sus documentales. ¿Publicidad engañosa? Quizás se podría investigar al respecto. 

Los dejo con El Trailer  del Documental Flamenco Flamenco de Carlos Saura, y arriba algunas imágenes, para que vean y entiendan a que me refiero con esta crítica, y se entusiasmen también en verlo, ya que es lo mejor en el área documental, que he visto en mucho tiempo.

 

Critica: María Jesús Ossa