Ilustraciones de «Las Flores Nativas Chilenas» volviendo a un oficio casi olvidado

Maravillas de proyectos con los que me encuentro por ahí que vale la pena rescatar y compartir. Flores Nativas de Chile es un proyecto de recopilación gráfica e ilustración desarrollado en el marco del proceso de titulación de la diseñadora chilena Camila Ortega durante el 2013. A partir de un encargo del Museo Rural Pioneros del Baker —ubicado en la Patagonia Chilena—, consistente en la ilustración de la flora y fauna de la zona, ella encuentra un déficit en la difusión y conocimiento del patrimonio natural de Chile. La generación de una serie de piezas gráficas ilustradas con el fin de rescatar elementos visuales de la flora nativa se presentan como el eje principal de esta iniciativa.

Origen
Al momento de buscar un proyecto para iniciar su proceso de titulación, Camila toma esta idea gestada a partir de su trabajo en la Patagonia chilena, con la consiguiente responsabilidad y posibles implicancias de generar material inédito sobre las plantas nativas chilenas.
“La idea de hacer algo respecto al tema de las plantas nativas, me llamó la atención desde esa falta de información que observé inicialmente. Una de las pocas fuentes de imágenes desde donde se obtiene este tipo de registros es la comunidad fotográfica Flickr, lo que es una fuente no validada e informal y no existe una base sólida ni bibliográficamente adecuada”.

Como primera respuesta a esta interrogante, Camila se centra especialmente en el ámbito de la flora nativa, considerando que la fauna en general se encuentra más abordada desde el ámbito del registro.
“No hay piezas gráficas de flora, durante los últimos años ha surgido como tendencia la ilustración botánica, pero antes no había un mayor interés sobre el tema. El primer paso fue observar cómo abordaron esto otros países, por ejemplo Finlandia, Rusia o Polonia. Ellos cuentan con un catastro oficial de su flora y fauna, de manera sistematizada y pulcra, en Chile eso no existe.” CMOLINA-0091-Concurso-640x427

“El último registro que se realizó en nuestro país acerca de la flora nativa, por encargo del Estado, fue realizado por el naturalista Claudio Gay en 1859. Este catastro, si bien contempla más de 3000 especies, no está completo. Habían varias especies que se descubrieron posteriormente y esto dejó atrás, por ejemplo, a las Orquídeas Chilenas, siendo que hay varias especies de esta flor y tienen un valor intangible enorme”.

“Tuve que volver a un oficio que está casi olvidado”

El planteamiento de este proyecto surge desde el punto de vista fotográfico, sin embargo tanto las limitantes físicas como económicas desde su posición, en ese entonces, como estudiante, gatillan el uso de la ilustración como recurso disponible para el desarrollo del material.

“Tuve que volver a un oficio que está casi olvidado, un paso intermedio entre 1859 y el 2014, no podía llegar a hacer algo netamente contemporáneo, debía ser contingente, me interesaba que la gente conociera esta flora chilena. Es triste esta ignorancia de, por ejemplo, sólo pensar en el copihue como único representante de la flora, siendo que nuestras condiciones geográficas únicas nos permiten tener una riqueza en cuanto a especies”.
El trabajo de recopilación realizado por Camila no es esencialmente fotográfico o ilustrativo, sino que la investigación bibliográfica se presenta como un elemento clave, tanto desde el punto de vista científico como literario.

“Adriana Hoffmann, botánica chilena, fue muy importante como referente pues tiene dos libros que contemplan material de la zona centro-sur, en los cuales congrega a una serie de artistas e ilustradores para recopilar información de especies vegetales. Otro libro que fue de gran interés para este desarrollo fue un texto de Waldo Lazo, «Viajeros y Botánicos en Chile durante los siglos XVIII y XIX», donde hace un registro de todos los botánicos que pasaron por Chile, sin embargo acota que, de las 6000 especies totales posibles en Chile, sólo se ha hecho un registro de alrededor de 2500.”

“En la Biblioteca Nacional había una gran cantidad de textos de biólogos, de científicos que hacían un llamado a los artistas o a los diseñadores a generar imágenes a color para que ellos mismos pudieran estudiarlas. Algunas plantas crecen en condiciones muy extremas y complejas para que germinen y no hay publicaciones respecto a esto, al menos de manera pública.”

El componente gráfico de la flores
Para Camila, la elección de la flora no es netamente desde el punto de vista de la problemática, sino que permite apreciar un valor visual que no ha sido explotado del todo en cuanto a la representación.
“En este estado de floración la planta está en cierta forma anunciando que alberga la semilla, puede ser visto incluso como un hecho poético. Cuando ésta muere, la semilla permite la perpetuación de la especie, yo lo observo como una manifestación gráfica de este proceso. Existen características visuales particulares de algunas orquídeas al punto en que algunos colores llegaban a ser casi irreproducibles, o de gran dificultad”.

“En este estado de floración la planta está en cierta forma anunciando que alberga la semilla, puede ser visto incluso como un hecho poético.”

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Puesta en valor
“Claudio Gay tiene una frase que en cierto momento es un elemento motivador de mi proyecto, habla de que la conservación de la biodiversidad requiere del conocimiento y valoración del mismo objeto de conservación, puede sonar muy sencillo, pero no ocurre actualmente, es algo básico: conocer va de la mano con la valoración”
Con el fin de generar este material inédito, luego de un proceso de curatoría que contempló alrededor de 15 especies iniciales, Camila ilustra a lápiz la selección de flores nativas.

“La curatoría de las especies fue compleja, dada la cantidad, habían muchas otras dejadas de lado y de las icónicas sólo tomé dos, de allí la inclusión del copihue, por ejemplo, con el fin de crear una simbiosis entre lo que ya se conocía versus este nuevo contenido. Además existe una «terminología vernácula», es decir, lo nombres no científicos otorgados a algunas plantas.”
“Parte de estos nombres, «la pata de guanaco», la «flor del gallo», albergan historias, leyendas, y allí surge una especie de vínculo con la literatura. Gabriela Mistral, Pablo Neruda u Oreste Plath dedican parte de sus trabajos a especies vegetales, hay una riqueza anexa que es indisoluble con este tipo de plantas, además está el vínculo con las lenguas originarias que expresa parte de esa relación directa con las plantas”

Una vez que se deciden las tipologías, Camila comienza el proceso de producción de las ilustraciones principales. “La técnica que yo dominaba era la ilustración a lápiz, unos fabricados con una mezcla de cera y pastel graso me permitieron la generación de texturas, la mezcla de colores y control del detalle. Otro elemento vital fue el uso de lupa para los elementos más finos que tenía cada flor, la fotografía a veces no permitía llegar a ese nivel, lo que implicó crear colecciones de imágenes para concretar los dibujos”.

Un elemento importante de las ilustraciones, es el despojo del total de la planta con el fin de hacer foco únicamente en su etapa de florecimiento. Dado que no es un material de tono enciclopédico, componer el blanco fue un tema vital, así como las decisiones de encuadre y de estilo en la ilustración.
“Una vez que ya estaban dibujadas, hubo un riguroso proceso de de digitalización para generar el material secundario, es decir, estampados, impresiones, serigrafías y aplicaciones en otros soportes”.

Productos gráficos
La primera serie de productos se compone de sellos postales, a partir de la búsqueda de una pieza democrática de difusión.
“Todos los países cuentan con sellos postales de plantas nativas, la última en Chile se hizo en 1995 con esta temática, aparecen dos plantas medicinales mapuche. Es parte de nuestra cara visible hacia el mundo y por eso fue el primer formato considerado, el que dio este arranque inicial porque no existe, no es común. Primero partí con las estampillas, luego con las postales, después se hizo necesario incluirlas en una web en un estado beta”.

Actualmente este proyecto cuenta con postales y sellos, además de un prototipo de publicación editorial. “El tema editorial se origina desde esta idea de entrar en la casa de la gente, como un objeto de colección. Me parecía importante esa relación directa con el contenido, al contrario de la web, en que no puedes quedarte con el contenido ni guardarlo. La idea es generar una estrategia que permita habituarse a esta representación, entrar en el imaginario de los íconos chilenos, pero a partir de las flores.”

Proyecciones
Flores Nativas de Chile fue galardonado el año 2013 con el premio Chile Diseño en la categoría “Reconocimiento a la Academia” en la subcategoría Gráfica, sin embargo Camila nos cuenta que aún hay temas en desarrollo que son de su interés.
“Está la idea de donar al Estado las estampillas para Correos de Chile, y esto debe entrar en un proceso de implementación y evaluación. El trabajo que hizo Gay fue por encargo del Estado, sin embargo puede recibir donaciones, es un proceso burocrático pero tiene viabilidad de ser implementado”.

“En una segunda etapa, me interesaría incluir plantas que no tienen nombres vernáculos, es algo que no me compete como diseñadora, pero sería interesante alejarse de la clasificación científica —el taxón—, que es una limitante para ese conocimiento general que espero lograr. Además de seguir generando productos y difusión, especialmente con la publicación del libro que actualmente sólo es un prototipo”.
“Mi trabajo no cae en el ámbito de la ilustración científica, sino que es naturalista, hay diferencias en el modo de mostrar las plantas. En la ilustración científica se muestran las partes, estructuras, a su vez el naturalismo retrata y destaca su forma, su color, rasgos característicos, etc.”