Jovenes médicos chilenos dedican un año a servir en el corazón de África

Voluntarios de la Fundación Africa Dream: Jóvenes médicos chilenos dedican un año a servir en el corazón de África

Llegaron hace siete meses a un pueblo de Zambia, lejos de la civilización y con escasos recursos, como parte de un programa que busca llevar ayuda profesional a ese continente. Las cosas no han sido fáciles, pero la experiencia, dicen, es incomparable.

C. González Dejar las comodidades de sus casas en Santiago y trasladarse por un año completo a vivir en un pueblo en el centro de África, alejado de la civilización, sin agua potable, con recursos mínimos y con riesgos por todas partes, no suena una aventura fácil o placentera. Sin embargo, tres jóvenes médicos chilenos recién egresados aceptaron el desafío y partieron sin dudarlo.

«La experiencia es única y estamos felices de haber tomado esta decisión», cuenta al teléfono Daniela Martin, una de las voluntarias que llegó junto a Juan Pablo Ceroni y Andrea Sepúlveda a vivir en abril pasado a Sichili, un pequeño pueblo al sur de Zambia.

Para los tres esta es su primera experiencia laboral después de egresar de Medicina en la U. del Desarrollo, en diciembre del año pasado. A través de la Fundación Africa Dream (ver recuadro) comenzaron a acercarse al continente negro.

«En abril de 2012 iniciamos los contactos con la diócesis católica encargada del hospital para generar un proyecto y conocer las necesidades del lugar», explica Juan Pablo.

Juntaron el dinero para el viaje y tras varias horas en avión y otras tantas por tierra, por huellas en la selva más que caminos, llegaron hasta su destino.

Sichili cuenta con el único hospital en cientos de kilómetros a la redonda, destinado a atender a un universo de 36 mil personas de zonas aledañas, muchas de los cuales deben caminar jornadas completas para ser atendidas. «Hace más de cinco años que no había un doctor en forma estable; en Zambia el 80% de los médicos se queda en las grandes ciudades o se va a otros países porque las condiciones de trabajo son muy precarias»

Las cifras dicen que hay un doctor por cada 12 mil habitantes. En Chile, la relación es de un médico por cada 559 personas.

El agua tienen que sacarla de pozos, los remedios son escasos -por no decir que muchos son inexistentes- y recién este año el pueblo cuenta con luz eléctrica. «Sichili tiene unos cinco mil habitantes que se distribuyen en dos tribus que viven en pequeñas aldeas, en rucas de adobe y techos de paja. La típica imagen de África», dice Daniela.

El idioma fue uno de los primeros obstáculos. Pocos entienden inglés y la mayoría habla uno de los ocho idiomas oficiales del país, sin contar que hay más de 70 dialectos. «De a poco hemos ido aprendiendo a preguntar cosas básicas, ‘cómo se llama’, ‘dónde le duele'».

Malnutrición, anemias, malaria y sida en etapas avanzadas -«casos que solo habíamos visto en libros», dice Juan Pablo- son parte de las atenciones más comunes, así como mordeduras de serpientes que en esta época (de lluvias) se vuelven más frecuentes y para las que no siempre cuentan con el antídoto a mano.

«Hay situaciones en las que no puedes hacer nada y eso es frustrante, porque no hay antibióticos o falta sangre para una transfusión», lamenta Daniela.

De hecho, la Fundación Africa Dreams está realizando una campaña con el fin de adquirir una nueva máquina de oxígeno para el hospital. «Hay cincuenta camas y una sola máquina; entonces, a veces hay que decidir a quién ponerle oxígeno…».

Pese a todo, el empeño y la disposición no decaen, en especial durante aquellas semanas en que llegan más pacientes y dedican los siete días de la semana a atender. Su casa, una de las pocas construcciones sólidas del lugar, está a un lado del hospital. «En el patio ves camaleones enormes o lechuzas y mucho animal de granja. Y por los caminos te cruzas con elefantes, jirafas, hipopótamos…».

En febrero llegan los nuevos voluntarios. «Estamos muy emocionados porque con eso se está asegurando la continuidad de este proyecto -comentan-. Son muchas las necesidades de salud y falta gente para ayudar».

Oxígeno para Zambia Africa Dream es una fundación chilena sin fines de lucro creada en 2005, luego de un viaje que realizara su presidenta, Janet Spröhnle, a Zambia. Su objetivo es entregar ayuda humanitaria a zonas de escasos recursos en dicho continente bajo el concepto de trabajar con la gente del lugar en proyectos sustentables en el tiempo, a través de la presencia de profesionales voluntarios, sobre todo en áreas como salud, agricultura y educación.

Actualmente, la fundación está realizando una campaña de recolección de fondos que serán destinados a la compra de otra máquina de oxígeno para el hospital de Sichili. Para colaborar, ayudar a la fundación o participar como voluntario, más información en www.africadream.cl

Fuente de escrito: El Mercurio