Los amenazados glaciares de Lo Barnechea

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Hacia un Santiago de calidad mundial

El frente oriente de la ciudad parece estar siempre ahí, ese tramo de la cordillera nevada y helada que, justamente, es la que nos nutre de agua. Esto sucede aún en las peores condiciones, cuando se acaba el derretimiento de la nieve estacional y ellos comienzan entonces su providencial entrega.

Como nos ha recordado el alcalde de Lo Barnechea, Felipe Guevara, no son eternos. Dan muestras de disminución y, eventualmente, corren peligro por la gigantesca expansión de Codelco entre ellos, el proyecto de más relevancia de la compañía estatal para las próximas décadas.

En una cruzada persistente de varios meses, el edil de esta comuna que penetra en la cordillera ha hecho visible el riesgo que corren 26 glaciares.

Tiene razón en preocuparse. El abastecimiento de agua en nuestra cuenca se debe mucho a esas masas heladas que, gracias a la ubicación de sus cabezas a gran altura, siempre conservan algo de hielo. Éste los cubre en los ciclos húmedos, pero se recoge hasta cubrir solo las cumbres en tiempos secos. También pierden grosor en los ciclos secos, algunos más de diez metros en estas últimas décadas.

Codelco afirma que serán seis solamente los afectados, y no sobre Santiago, sino que en la cuenca del río Salado, de la V Región, pero el alcalde Guevara no está de acuerdo. Apoyado en un mapa de la propia minera -que reproduce en el sitio web de la municipalidad-, afirma que la mayor inversión futura de Codelco -un 20% más grande que Chuquicamata- sí avanzaría sobre los altos de Lo Barnechea.

Por ahora, y como parte de su campaña «en defensa del patrimonio glaciológico y del recurso hídrico», el alcalde ha organizado dos cabalgatas para llevar interesados a la zona en discusión. También se ha declarado inquieto e incluso extrañado de haber sabido, recién hace un año, que a 30 kilómetros de La Dehesa (sector Piedra Roja) se planeaba la instalación de una mina tan grande y con una vida útil calculada en cuarenta años.

La Unidad de Glaciares y Nieves de la Dirección General de Aguas tiene pocos años de existencia. Nació, justamente, porque hay inquietud por el futuro de los glaciares, los que aportan el 70% del agua dulce de la región. Todo lo que suceda en su área -ocupan cerca de 400 km {+2} – es del más alto interés público.

El hermoso paisaje oriente de la capital, el de «los hielos eternos», no está garantizado. Está en cambio permanente, tiene vida y, como arguye el alcalde Guevara, merece que haya «claridad y transparencia» en lo que haga ahí la minera estatal. Para dimensionar el tema, invita a visitar el sitio web municipal y abrir el mapa del Proyecto Expansión Andina 244.

Además de la clave medioambiental está la del paisaje. Uno, como profesor, les puede explicar muchas cosas a los alumnos, mostrarles series de planos, fotos e infografías, pero nada se acerca a la experiencia de una acampada junto a un glaciar, que puede ser un prístino río de hielo o un misterioso glaciar de roca, de los que ocultan el hielo que contienen; son el mayor espectáculo natural que ofrece el entorno de Santiago, visible desde muy lejos, y el que más permite una conexión profunda con la naturaleza, naturaleza a la que Gabriela Mistral llamó «la sombra de Dios sobre la Tierra».

Proyecto minero El plan de Codelco afectaría a 26 glaciares, según el municipio; a seis, según la cuprera.

 

Más del proyecto en www.lobarnechea.cl

Por Miguel Laborde para El Mercurio