Mad Men Testimonio de una Época

Hasta el 8 de noviembre, los visitantes podrán conocer los distintos emblemas de la sociedad estadounidense y la cultura característica de lo que fue la exuberante década de 1960, reflejada tanto en Mad Men como en su contraparte local.

A través de vestuario utilizado por los personajes de la serie, prendas que forman parte de la colección del Museo de la Moda y datan de la misma época, la exposición muestra el estilo de vida de aquellos años, teniendo como escenografía la casa de la familia Yarur Bascuñán. Construcción que es vivo ejemplo de la arquitectura moderna, con una clara influencia de las ideas vanguardistas estadounidenses de los ’60, gracias al trabajo de los arquitectos chilenos Carlos Bolton, Sergio Larraín, Luis Prieto y Armando Lorca, inspirados por Frank Lloyd Wright.

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Estrenada a mediados de 2007, Mad Men es una serie de televisión del género de drama de época, ambientada en lo que fue una agencia de publicidad situada en la Avenida Madison de Nueva York

“La exhibición da una pincelada de la historia de esta década y nos permite apreciar a través de diferentes objetos, cómo fue la vida estadounidense de la posguerra, donde reinaba la prosperidad económica, el auge del consumo y la popularidad de los excesos como la panacea para enfrentar el acontecer cotidiano”, señala Jorge Yarur, Presidente de la Fundación Museo de la Moda, quien agrega que “estamos muy contentos de poder compartir con los fanáticos de aquellos años y, en especial, de la serie, tanto las prendas que se mostraron en televisión como parte de nuestra extensa colección”.

Uno de los principales atractivos y logros de Mad Men fue mostrar el tipo de vida que llevaban las personas que vivieron el furor de aquellos años de opulencia, así como las costumbres sociales de la época, tanto dentro como fuera de la oficina en la que transcurren las siete temporadas.

Mientras Don Draper representa al hombre que se ha forjado a sí mismo y que ha conquistado un lugar y un estilo propio, los personajes de su primera esposa, Betty, nos da cuenta –a través de sus vestidos- de la mujer tradicional del suburbio neoyorquino; en oposición a su segunda esposa, Megan, que entrega la imagen de una mujer moderna, en plena propuesta conceptual de los sesenta.

Lilian Wertheim, Relacionadora Pública del Museo, señala que “la exhibición no sólo permite retratar el acontecer de esta obra audiovisual, sino lo que fue la época de oro de la publicidad, que dejó varias lecciones para el mundo de las comunicaciones y del marketing, por lo que también es muy atractiva en términos históricos”.

Las prendas diseñadas para esta serie, nunca antes han sido expuestas y se mostrarán de manera exclusiva en el Museo de la Moda antes de ser rematadas el 20 de noviembre en Los Ángeles, por la prestigiosa Casa de Remates Julien’s Auction.

La muestra cuenta además con prendas y artes decorativas que forman parte de la vasta colección sesentera del Museo de la Moda, generando de esta manera una amplia invitación a descubrir la vida de los personajes de la serie y de quienes formaron parte de esta década, a través de su vestuario y de sus hábitos.

De la colección de Julien’s Auction que formará parte de Mad Men: testimonio de una época destacan: el traje usado por Don Draper (Jon Hamm) en el primer episodio de la cuarta temporada, “Public Relations”, dos vestidos utilizados por Betty Draper, (January Jones) uno del capítulo 8 de la tercera temporada, “Souvenir”, y otro del episodio cinco de la tercera temporada, ” La Niebla”; y un vestido vintage usado por Megan Calvet, (Jessica Pare) en la sexta temporada, capítulo seis.

De la colección del Museo destacan: The Souper Dress (1967), vestido mini en celulosa no tejida sobre red de algodón estampada. Famoso por haber sido enviado por correo en un sobre como parte de una campaña publicitaria para la sopa Campbell’s, en referencia a la obra “32 Soup Cans” 1962, del artista pop estadounidense Andy Warhol; un vestido que perteneció a la actriz Marilyn Monroe, de Rudi Gernreich para Jax (1962), en jersey de seda estampada; y un vestido que fue de Raquel Bascuñán de Yarur (1958) de color beige estampado con flores, negro y azul, torso plisado y falda con pliegues.