Tengo más almas que una, soy más que yo mismo

En Galería Patricia Ready se exhibe Tengo más almas que una. Soy más que yo mismo, que reúne cerca de 50 obras que el artista chileno –radicado en Alemania– hizo durante los últimos tres años. En la Sala Principal del espacio hay máscaras de papel maché y pinturas sobre distintos objetos, como cajones de fruta, madera quemada, mapas, afiches y hojas de libros, entre otros.

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“Tengo más almas que una / Hay más yos que yo mismo. / No obstante, existo. / Indiferente a todos. / Los hago callar: yo hablo”, dice el poema Viven en nosotros innúmeros, de Fernando Pessoa, que inspira el título y la visión que tiene Felipe Cusicanqui sobre las obras que componen la exposición, al citar al poeta que se desdobló en varios personajes ficticios y disimiles entre sí para crear su obra literaria.

Así en la Sala Principal de Galería Patricia Ready conviven las distintas materialidades y objetos de las cerca de 50 obras que se exhiben. Por ejemplo en la entrada al espacio cuelgan de la pared las máscaras de papel maché de la serie Heads; en el muro que da hacia el exterior de la galería hay una serie de pinturas sobre madera quemada y distintos cajones de fruta intervenidos con técnica mixta; en el muro interior hay una serie de obras hechas con pulpa de cartón; y en el resto de las paredes descansan las pinturas hechas sobre hojas de papel de libros, mapas y afiches de conciertos.

“Mi interés por tanto es presentar el soporte en cuanto a su carga simbólica y matérica, adquiriendo éste al mismo tiempo un nuevo significado al ser parte constitutiva de la imagen. Esto derivaría hacia una relación simbiótica entre imagen y soporte. De esta manera mi obra pretende establecer una reflexión visual en torno a la realidad y su percepción”, dice Felipe Cusicanqui sobre su trabajo.

En Tengo más almas que una. Soy más que yo mismo se puede observar la capacidad del artista para apropiarse de estas telas-objetos y resignificarlas con su pintura. Destacan los diálogos entre las cajas de frutas con los indígenas dibujados y armados con las tablas, obras en que pareciera que los personajes se adaptan a la forma de este “lienzo”. Otra tensión interesante es la que se desarrolla entre las imágenes de los preciosos bosques pintados sobre afiches callejeros (Grüner Wald), y las escenas en que humanos integran estos “hábitat naturales”, como el creado con hojas de libros (Manuela). Y también lo es la tensión que se genera en la serie creada sobre madera quemada y los colores (celeste y negro) y los rasguños hechos sobre este soporte, que remiten al dolor de un bosque arrasado por las llamas.

Hasta el 20 de enero se puede visitar esta muestra que está compuesta de diversos objetos, que según detalla Cusicanqui “fueron recogidos, recolectados, rajados por varios yos, cosidos, golpeados, acariciados, amasados por varios yos, esparcidos, doblados, pegados, clavados, ahumados, aplastados por varios yos, dando origen a un cúmulo de obras que fueron ejecutadas por intérpretes diferentes, por varios yos”.