Panem

Obras nuevas de estos destacados artistas convergen en la exposición curada por Sebastián Vidal la muestra se inauguraró este 21 de marzo a las 19 horas en el Centro de Extensión. Estas se articulan en torno al concepto del pan, explorando su valor simbólico, cultural y religioso y serán exhibidas hasta el 28 de abril. La muestra contempla también un ciclo de cine dedicado a la producción audiovisual de Di Girólamo.

Antes de llegar juntos a la Galería de Arte UC, estos dos artistas contemporáneos se encontraron en la Facultad de Teología de la universidad. En 1997, Fernando Prats hizo para esta unidad académica un retablo de papel ahumado, intervenido con aceite y celo como homenaje a San Juan de la Cruz. Y Claudio Di Girólamo, en 2001, montó allí su mural “La Buena Noticia”. Así, quedaron vinculados en el mismo espacio de enseñanza, unidos por el motivo que ha marcado la carrera de ambos.

PANEM consuma el deseo por conjugar la visión de dos travesías que han forjado en sus respectivos pasos una reflexión sobre el imaginario del rito cristiano y su proyección social. Así, la exposición presenta distintos estados y representaciones del pan como universo complejo y misterioso que devuelve al espectador parte de la historia de dos miradas artísticas bajo un mismo eje común: llevar a la introspección y la contemplación de la vida desde la mirada elevada de la materia y el espíritu”, explica el curador Sebastián Vidal.

Para la muestra, los artistas crearon nuevas obras de pequeña y gran escala, que tienen al pan como concepto representacional y material. El punto de partida son dos momentos históricos significativos para cada artista. Di Girólamo recupera la técnica de la gypsografía (del latín gypsum: yeso, y graphia: cualidad de grabar) usada en una de sus primeras exposiciones individuales (1958) para realizar uno de los productos más característicos de su obra: “Panem”, un mural de 2×6 metros que representa a una cena con Cristo como centro.,

Por su parte, Prats alude a su exposición “Anastasis” de 1997 donde intervino la Iglesia Nuestra Señora de la Divina Providencia –en una de las primeras acciones de este tipo realizada en un espacio dedicado al culto religioso—con piezas hechas con materiales como vidrio, cera, papel ahumado, madera y panes ácimos (hostias). En esta exhibición utiliza 150 mil hostias para crear el retablo titulado “He aquí las espaldas del que me ve”.

La muestra contempla además un ciclo de cine curado por Consuelo Tupper, con tres jornadas de visionados y conversatorios dedicado a la producción audiovisual de Di Girólamo. Esta es un reflejo de la labor del artista en sus diversos medios de creación donde hace convivir la fe cristiana con la acción política y muestra un compromiso profundo con la existencia del otro. Además, se incluye documentación inédita sobre los inicios artísticos del artista, su relación con la Universidad Católica y su compromiso con la defensa de los Derechos Humanos.