ELB-Wanderlust

Wanderlust Festival llegó el año pasado a Latinoamérica y el país embajador fue Chile. Este increíble festival de yoga se realizó en las Termas de Chillán y asistieron alrededor de 2.500 personas. Y como mi curiosidad no me permitió quedarme afuera del evento, ellalabella hizo de las suyas para poder asistir a estos 4 días de energía, deporte y vida sana.

Recluté a una prima que es acróbata, tomé mis flores, cintas y pinturas y partimos al sur a ambientar el espacio y a dar un poco más de color al paisaje verde y fresco.

La locación fue prefecta. Entre la imponente cordillera y la vegetación que se reflejaba en las piscinas de aguas termales se encontraba la gente haciendo deporte, subiendo a los andariveles del centro de ski, caminando, respirando, disfrutando, viviendo. Me sorprendió mucho ver las Termas de Chillán con esos colores, ya que sólo había ido en invierno, cuando la nieve cubre todo lo existente.

En fin, con mi prima Coté partimos tempranito al lugar en donde estaba todo instalado para dejar bonita con las flores que llevamos. Fuimos con las caras pintadas con brillos, flores, colores y lentejuelas, lo que llamó la atención de mucha gente que incluso se nos acercó a pedir que les pintáramos las caras a ellos también.

Mientras la Coté hacía acrobacias en los columpios de yoga que estaban a nuestro lado, la gente se acercaba a nuestro spot a sacarse fotos, incluso hubo algunos lentes cuyo objetivo éramos nosotras. Me puse a dar vueltas por el festival para ambientar con banderas mientras pasaba entremedio de la gente haciendo yoga, escuchando música, mirando la feria o simplemente instalándose como espectadores de este espacio casi surreal.

Cuando se puso el sol empezó el festival de música. Bailamos al ritmo de Los Jaivas mientras una niebla se colaba entre las personas dando un ambiente de misticismo muy especial. Estuvo buenísimo, rodeado de naturaleza y de la energía positiva que toda la gente llevó consigo al festival.

Pero como nada es perfecto, al día siguiente la lluvia se dejó caer y botó todo el montaje del día anterior al suelo, fue una pena. Sin embargo la solución por parte del equipo organizador llegó rápido y trasladaron el festival completo al hotel. Este cambio le dio un vuelco al ambiente. La estructura con toda esa gente ahí adentro hacía que pareciese una universidad del yoga y la vida sana, con puestos de comida y artículos en el hall de cada piso. Las charlas y clases tuvieron que realizarse en las salas. Hubo clases de yoga que tuvieron tanto cuórum que tuvieron que ser trasladadas a livings del hotel. Para esto, se hicieron a un lado esculturas y decoración, el yoga invadió el lugar. Mucha de la gente que se hospedaba en el hotel,  no tenía nada que ver con el festival  y muchos se unieron a este.

Los bailes hindúes se hicieron en los salones junto con los conciertos de Chambao y Subirá, nada se suspendió y pudimos participar de todas estas mágicas actividades.

Una de las actividades que me quedó marcada fue esta clase de yoga en el living del hotel. Asistí sin tener idea de qué tipo de yoga se trataba, sólo sabía que se llamaba Kundalini. Fue una experiencia que llevó al límite a lo más interno de mi misma. La ventana daba a los cerros y había mucha gente unida cantando mantras y haciendo crillas (conjunto de movimientos que se hacen en Kundalini). Todo esto generó una energía indescriptible, el hecho de estar todos sincronizados provocaba automáticamente una desconexión total de todo el resto de lo existente.

Terminó la clase y quedé en las nubes. Marcó un antes y un después en mi vida, me llegó muy a fondo, nunca antes algo me había provocado esa sensación que daba aquella amalgama de simples movimientos, concentración, rito y unión. Y desde ese día que practico Kundalini, ya les contaré más sobre mi experiencia con este tipo de yoga que conocí gracias a este festival, es todo un mundo.

Y para ponerle la guinda a la torta, el último día nos despertó un día precioso, ni una gota de lluvia. De lo más relajadas partimos al pool party, donde estaban todos disfrutando del día soleado, rica comida, buena música, cintas, personajes freak, calor y agua. Todo esto en el escenario de un parque increíble para despedir esta experiencia única.

Este año estaba preparadísima para la segunda versión del festival en Chile, con muchas cosas entretenidas de ellalabella, pero por falta de interés de los chilenos se tuvo que suspender el evento. Que por cierto ¡se venía increíble!

Asique quedamos con una misión en las manos: seguir motivando a nuestros compatriotas a participar en estos eventos que llenan el alma y recargan las energías, sobretodo en estas fechas en las que empieza un nuevo año lleno de proyectos y emociones nuevas. Wanderlust no se da por vencido porque vendrán nuevos Yoga in the City, donde más gente podrá asistir para conocer y practicar este deporte.

Gracias Wanderlust Chile por la gran experiencia que nos regalaste el 2013. Aquí les dejo reportes gráficos y audiovisuales de lo que fue:

 

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