Agnes Paz, la artista chilena que toca el instrumento que no se toca

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El theremin, con un sonido similar al del violín o al rasguido de una aguja en un vinilo, tiene poquísimas exponentes a nivel mundial.

Enfundada en un aterciopelado vestido rojo, una mujer mueve sus manos como si dirigiera una orquesta invisible, esa danza emite un sonido tan fascinante como desconcertante; algo así como violines espaciales y fantasmagóricos que a ratos se confunden con una voz humana. Dicho sonido emana de una caja de madera con dos antenas de metal: es el theremin, incluido en el disco «Ex La Humanidad» de los Electrodomésticos, cuya interpretación en el show de lanzamiento en el Teatro Municipal realizado hace un par de semanas, estuvo a cargo de Agnes Paz.

Su nombre completo es Agnes Paz Evseev Pérez de Arce (43), hija de un ruso y una chilena, quien al terminar el colegio estudió Actuación en la Escuela de Gustavo Meza, y ya titulada se sintió motivada por la Ingeniería en Química e ingresó a la Universidad de Santiago de Chile, carrera que tam bien finalizó y ejerció como investigadora de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica, hasta el año pasado cuando se adueñó de su destino y decidió dedicarse por completo a sus actividades como instrumentista de theremin.

«Se trata del primer instrumento electrónico», dice con orgullo sobre el aparato sonoro inventado en 1919 por el físico y cellista ruso León Theremin (1896-1993). Su ejecución funciona acercando y alejando las manos a cada una de sus antenas; con una se manejan las notas y con la otra el volumen, pero nunca se genera contacto.

«Yo partí estudiando sola», recuerda.

«Los primeros acercamientos son súper intuitivos; la idea es descubrir si logras comunicarte con el instrumento», dice. Después de esa primera aproximación la artista cuenta que en una de sus visitas a Moscú (su padre aún vive allá), coincidió con Lydia Kavina una de las thereministas más destacadas a nivel mundial, quien participó en la banda sonora de la película «Ed Wood»,deTLm Burton, y es la única exponente que

«Kavina me hizo un par de clases pero verla tocar fue determinante».

Así, en el mismo lugar donde había nacido y donde se había creado el instrumento, Agnes reafirmaba que el theremin seria uno de los motores de su futuro. A su regreso continuó con su autoaprendizaje ya que no existen conservatorios de música donde se imparta. «Hay muy poca gente que sea capaz de enseñarlo, yo creo que son cinco o seis a nivel mundial», aclara.

Razón por la que lidera el equipo a cargo del Festival Electromagnética, un encuentro bianual que se realiza desde el 2012 en el Centro Cultural Gabriela Mistral, donde la gran invitada para la versión de este año será la mencionada Lydia Kavina, quien además impartirá clases en la academia o workshop que Agnes y su equipo organizan anualmente en la «Casa de los Diez» con el objeto de enseñar y acercar el theremin a principiantes o personas avanzadas que necesiten perfeccionar su técnica.

— ¿Qué te pasa cuando escuchas comentarios de gente que afirma que el theremin no es un instrumento? «Cuando lo inventaron lo hicieron para que fuera parte de una orquesta sinfónica por lo que se pueden sacar notas», dice. Luego remata «cualquiera pue y de acercarse y sacar el sonido, es cierto. Pero tocarlo es mucho más complejo que eso».

 

fuente: el mercurio