Colores en el Vestuario de la Mujer Chilena

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Chile, al sur del sur, no tiene por el color una particular pasión. Y las mujeres chilenas, menos aún.

Mirar la transmisión del mando por televisión nos permite ver que las mujeres elegimos colores «sobrios» para ser elegantes. Nada chillón. Como si hubiera algún desprecio por los colores «tropicales» o «chabacanos». Las mujeres del nuevo gabinete, salvo una, eligieron los blancos, negros y se atrevieron con un toque de rojo como máxima audacia.
Dicen que si uno abre los clósets de las chilenas, todo es en tono menor. En cambio en Asia, África y el Caribe las mujeres destacan por el colorido de sus atuendos. ¿Qué nos pasa? ¿Queremos pasar inadvertidas o nos da miedo estar fuera de tono?

Sea lo que fuere, el color es una manera de decir y de decirnos quiénes somos. La audacia no es un bien entre nosotras.

La sobriedad, sí lo es. Siempre es mejor ir a la segura que innovar, mejor destacar por lo que somos, no por cómo nos vestimos. Y mientras más viejas, peor. Nada más ordinario que una vieja colorinche.

El problema es cultural, sin duda, pero vamos a tener que tomar en cuenta los avances de la ciencia y modernizarnos. Porque vestirse es también un disfraz cotidiano. Tenemos ropa para ocasiones y elegimos colores en función del estado de ánimo.

No es automático. No es que quien se vista de negro esté depresiva, ni la que elija el rojo esté expansiva. Funciona también al revés. Si una está depresiva, tal vez un calipso sea una manera de iluminar el día. No es frívolo lo que digo, es parte de lo que nos dicen las nuevas tendencias que nacen del estudio del funcionamiento del cerebro. El verde, por ejemplo, es un color que descansa, y por eso en los cuadros de estrés, la naturaleza ayuda mucho. Hay colores que irradian calor y otros, frío. Algunos nos disfrazan de alegría, otros ocultan sombras que no queremos que nadie vea. Pero es importante saber que el color en la vida es algo muy importante. En particular en la salud mental.

Parte de ser libre como mujeres es elegir nuestros colores en función de nosotras mismas y no de la moda o la norma social. El color ayuda a mirarnos de otra manera cuando nuestra relación con nosotras mismas amaneció difícil, nos disfraza de lo que queremos ser y eso ayuda. También nos inspira, porque los otros nos tratan distinto según lo que irradiamos.
No es esoterismo, es ciencia. Nos comunicamos a través de signos y señas que no son las palabras. Entonces, recordemos que el color es una señal de cuán libres, convencionales o inseguras somos. Le habla a los otros, pero también a nosotros.

«ser libre como mujeres es elegir nuestros colores en función de nosotras mismas y no de la moda».

Mujeres Chilenas que se atraven con el Color y persiguen su propio estilo, me costo encontrar, esto es algo de lo que rescate











 

Texto de: Paula Serrano para columna La Mujer y su Mundo de Revista Ya

Fotografías de Viste la Calle

Primera Fotos de Pilar Castro Evensen