Danza movimiento terapia: Danzando la Vida

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Marta Orlowska, Musetouch.Si nos detenemos por unos momentos en la calle a observar cómo caminan los que van pasando, nos podremos dar cuenta que así como hay personas en el mundo, hay maneras de caminar. La forma de apoyar los pies en el suelo, el cómo doblamos las rodillas, si llevamos la cadera hacia adelante o hacia atrás, cómo movemos los brazos si es que lo hacemos, los hombros, hacia dónde llevamos la mirada, todo pequeño movimiento difiere en cada uno de nosotros y expresa (o delata) nuestra propia particularidad.
Seguramente, al leer todo esto, nos podemos dar cuenta que nunca nos hemos fijado en cómo uno mismo camina. Y esto es porque, a pesar de que ya no vivimos en la época cartesiana que separaba mente y cuerpo, generalmente solemos atribuirle más importancia a nuestra mente, siendo que entre el 60% y el 80% de la comunicación pasa por lo no verbal y que este tipo de señales influyen 5 veces más que las verbales (Fischman, D., 2013).

El cuerpo es un medio de expresión que nos puede dar mucha información acerca de nosotros mismos, ya que al ser pre-verbal, podemos acceder a aspectos de nuestro ser a los que no podríamos llegar fácilmente con la palabra. Sin embargo, al estar tan acostumbrados a funcionar con la razón, se nos hace difícil el poder tomar conciencia de nuestras sensaciones, emociones y movimientos y darles un lugar al momento de tomar decisiones en nuestra vida. No por nada podemos pasar semanas tratando de tapar una gripe en vez de escucharla y ver qué es lo que nos está queriendo decir.

Justamente de esto se trata la Danza Movimiento Terapia; de poder tomar conciencia de nuestro propio cuerpo y movimiento, viendo cuál es el sentido que tienen en nuestra vida y qué información nos pueden dar acerca de nosotros mismos.
En esta disciplina, el terapeuta no sólo escucha –la palabra es siempre un componente importante–, sino que también mira, siente y percibe las necesidades y modos del cuerpo. El terapeuta sabe que el cuerpo contiene, aunque no dichos, aspectos vividos en la experiencia conjunta.

Es importante tomarle el peso a las palabras dichas, pero igual de importante es el poder reconocer que nuestro cuerpo danza junto a ellas, ya que es una gran ayuda para poder ver qué nos pasa frente a diferentes hechos y una gran guía para ver hacia dónde debemos ir. Ya decía Bhogar: “La mente es como el viento y el cuerpo es como la arena. Si quieres conocer al viento observa el movimiento de la arena”.

Para más información sobre la terapia y talleres:lore.eyzaguirre@gmail.com

Imagen de Marta Orlowska

Fuente: Witty