Violeta Parra quería acercar el folclore y sus costumbres a toda la gente, y en esta oportunidad este acercamiento viene de la mano con la danza. Martín Andrade dirige este montaje que viaja por el imaginario de la cantautora con la composición El gavilán.
Los intérpretes se transforman en personajes rurales, cercanos a la naturaleza y a nuestras costumbres, como el folclore de Violeta. Son cuerpos que se encuentran, se sostienen y que también se rechazan; caminan juntos por la fragilidad del amor y donde la espera de un final feliz, termina siendo trágico.