La serie de Madam C. J. Walker «Una mujer hecha a sí misma» el poder de la belleza

La Historia real de Madame C.J. Walker  una mujer luchadora, que logró crear un gran imperio a través de la belleza

Cuando empecé mi cuarentena a mediados de marzo, vi la serie de Madam C.J. Walker  «Una mujer hecha a sí misma» una serie que me lleno el corazón de muchas emociones, partiendo por la angustia, la pena y la impotencia, siguiendo por la esperanza, la felicidad y el orgullo, de la valentía y  la lucha interior de una gran mujer. Una mujer que a pesar de la adversidad que le puso la vida, se levantó una y otra vez. Su corazón pasó todas las barreras, y el racismo no logró derrumbar su sueño.  Madam C.J. Walker una mujer luchadora, valiente y confiada en sí misma, que a través de la creación de un producto de belleza para el cuidado del cabello de la mujer afroamericana, logró  empoderar a muchas  mujeres haciéndolas confiar en si mismas, mostrándoles que dentro del corazón ésta el poder para ser quien realmente quieren ser. 

Con éste producto recorrió el país dando charlas y entregando su mensaje. Algo en su interior fue más fuerte que todo no dejó  que nada ni nadie le quitaría su sueño . Así fue Madam C.J. Walker una mujer de esfuerzo en un país que se les miraba en menos y donde pocos confiaron en su proyecto por ser mujer, logró formar un imperio a través de la belleza y ser la primera mujer afroamericana millonaria, y sobretodo fue millonaria de corazón, por todas las enseñanzas que dejó y la ayuda que entregó, realmente un ejemplo de mujer.

A través de la belleza exterior logró conquistar el corazón de miles de mujeres, para lograr también su belleza interior. Convencerlas de que fueran valientes, para que nada ni nadie les quitarán sus sueños.

Madam C.J. Walker «Una mujer hecha a sí misma» está en netflix, aprovechen de verla en estos tiempos triste en que se alza la voz contra el racismo, la violencia de género y muchas otras injusticias. Voces que nunca tienen que callar, porque esto pasa día a día.
La serie tiene cuatro episodios y está basada en el libro On Her Own Ground, de A’Lelia Bundles, su hija, una historial real.

Un poco de su historia

Como indica el título de la nueva serie de Netflix, C. J. Walker fue una mujer hecha a sí misma. Salió de la miseria para llegar a lo más alto. Desde su nacimiento todo parecía indicar que su destino sería otro bien distinto, pero ella hizo que no fuera así. Sarah Breedlove ( ese era su verdadero nombre) nació en 1867, fue uno de los seis hijos del matrimonio formado por Owen y Minerva Breedlove, dos esclavos que trabajaban en una plantación de algodón en Louisiana. Sarah se quedó huérfana a la edad de siete años, y se refugió en casa de una de sus hermanas.

Con solo 14 años se casó con Moses McWilliams y tuvo una hija, A’Lelia. Pero Moses murió pronto, tan solo cuatro años después de casarse. Sarah se encontró, de pronto, viuda con tan solo 18 años y con una hija de dos años a su cargo, así que decidió mudarse a St Louis, en el estado de Missouri, donde sus cuatro hermanos varones trabajaban como barberos. 

Allí, Sarah empezó a trabajar como lavandera y costurera, ganando un dólar y medio a la semana, y en 1894 se casó con John Davis. El matrimonio, sin embargo, fue un fracaso y se divorciaron unos años más tarde. Su vida dio un giro inesperado en 1904. Sarah sufría pérdida de cabello y empezó a usar The Great Wonderful Hair Grower, un producto formulado por la empresaria afroamericana Annie Malone. Pero la protagonista de ésta historia no se quedó ahí, también decidió entrar a formar parte del equipo de vendedoras de los productos de Malone.

Al igual que muchas mujeres negras de la época, Sarah sufrió severos problemas en su cabellera: calvicie, caspa, dolor en el cuero cabelludo, etc. Esto se debía a una dieta deficiente, lavado poco frecuente (muchos hogares no tenían agua corriente) y al uso de productos que contenían soda cáustica.

Las ambiciones de Sarah no la dejaban conformarse con la idea de ser lavandera por el resto de su vida. “Estaba en mi bañera una mañana con un pesado lavado frente a mí cuando me incliné sobre el lavadero y miré mis brazos enterrados en espuma de jabón. Me dije: “¿Qué harás cuando envejezcas y tu espalda se ponga rígida? ¿Quién cuidará de tu pequeña?”, le dijo al New York Times en una entrevista en 1917.

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