«El Rechazo de la Fantasía» por Paula Serrano

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«El adulto teme a la fantasía. Teme que pueda frustrarse si no se cumple y como ya sabe algo del dolor psíquico, prefiere mantenerla a raya. Mejor no soñar que vivir la frustración de que los sueños no se cumplan…». 

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La realidad venció a la fantasía. Y la psiquiatría ha sido uno de los luchadores más tenaces para que esto sucediera, porque muchas veces la fantasía está asociada a la locura. Los niños, en cambio, son los grandes partidarios de la fantasía, si se lo permitimos.

Si uno hace un cuento en conjunto con un niño, el cuento termina en lugares tan inesperados que parece de locos. Es la fantasía que hace que el helicóptero hable y mate al monstruo, o que el protagonista (que es siempre el propio niño) adquiera capacidades para volar o hablarle a los animales. Es fantástico, en el sentido literal de la palabra. Los adolescentes también tienen fantasías que son más bien ilusiones como de verdad ser príncipe para conquistar a la niña que le gusta.

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Pero el adulto teme a la fantasía. Teme que pueda frustrarse si no se cumple y como ya sabe algo del dolor psíquico, prefiere mantenerla a raya. Mejor no soñar que vivir la frustración de que los sueños no se cumplan.

Es que la fantasía no es un sueño. Es un invento. Es tener la capacidad de cambiar y dar nuevos significados a los hechos, a las cosas, a la gente, a la vida. Es como soñar despierto. ¿Y si hubiera tratado de ser astronauta como quise toda mi vida?
¿Qué habría tenido que hacer? ¿Por qué no lo hice? ¿Cómo sería mi vida si fuera astronauta? y ahí comienza la fantasía a fabricar mundos nuevos. Es un regalo. Es un relajo. Es salir de la realidad concreta y dejarse llevar a mundos que no existen para cada uno, pero sÍ se pueden crear en la cabeza.

¿Para qué sirve? Para descansar. Para relajarse. Para pasarlo bien. Pero sobre todo, para salir de la prisión que a veces es la realidad. Curioso porque al remover la realidad de nuestros hombros y dar curso a la fantasía no solo descansamos, a veces hay intuiciones que vienen de la fantasía, que pueden ser muy importantes para la vida en pareja, para el trabajo, para las rutinas diarias que no sé cómo cambiar.

Es como abrir una compuerta. No para meternos en el agua y ahogarnos, sino para cambiar el lugar desde donde miramos, para sacar los impedimentos y capaz imaginar una salida nueva a un problema. La fantasía es útil. También para los y las súper profesionales.

fuente: el mercurio